CARTAS DE AMOR VIII

Querido esposo:

Que contenta estoy de haberte conocido y de que mi vida siga ligada a la tuya.

Cuando hoy nos abrazamos al finalizar la tarde, en la oscuridad del garage, y nos besamos, como desde hace cuarenta años, con los ojos cerrados, miràndonos con los ojos del alma.
Vos tenìas diecinueve años ... y yo?...catorce.

Nuestra piel tiene la misma calidez. Nuestros besos tambièn...

Mi alegrìa tiene que ver con que no nos equivocamos al elegirnos, como tampoco hubo equivocaciòn al mantener la decisiòn de permanecer juntos a pesar de las diferencias ... porque nunca fuimos almas gemelas.

¡ tan autònomos los dos ! y tan decididos de hacer de dos mundos ¡ un solo universo !

No fuè paciencia, ni renunciamentos personales, ni el sentido de compromiso...Fue amor.

Amor fìsico, sexual, inocente, platònico...todo es amor en letras mayùsculas...AMOR...pero, ¡ no tengo que convencer a nadie de lo nuestro !
Muchos dicen..."nada es para siempre"...¿ còmo entienden lo nuestro ?
No somos ùnicos, nosotros y los otros, amantes afortunados, sabemos que el amor puede ser para siempre.
¿ que diremos ? ¿ que Dios se equivocò al esperar de los humanos que el amor durara toda la vida ?
El, el Originador del Matrimonio y de la Familia humana, nos creò de tal modo que la forma y el diseño permite el encastre perfecto del uno en el otro. En lo fisico, lo emocional, lo espiritual.

Querido mìo, en la comunicaciòn con gestos cotidianos, utilizar la palabra como un gesto màs de diàlogo, como una caricia màs, acentùa nuestro amor y nuestros sentimientos.

Con un beso amor, te espero a la tarde.

Y todas las tarde.