CARTAS DE AMOR VI

La carta que nunca leeràs:

Escribo esta carta que nunca te enviarè.

Creo que la escribì para mì. Para exponer mis pensamientos. Mis sentimientos.

Pensamientos dirigidos a tì. Sentimientos inspirados por tì.

Han pasado varios años y no he podido olvidarte.

Permaneces ahì, como acurrucada, como queriendo pasar desapercibida. Pero como todo lo que me rodea me habla de tì, siempre apareces. Nìtida. Real. Siempre presente.

Por esta calle, paseamos una tarde al final del verano, tiernamente abrazados.

En esta vidriera se reflejaron nuestras figuras, cuando nos besamos tiernamente.

En aquel cafè, escuchamos esa melodìa, en nuestro primer encuentro. Esa melodìa que por siempre, serà la nuestra.

En este malecòn, al lado de este rìo que recorre el paìs y luego llega al mar, nos prometimos amor eterno.

En el puesto de flores cercano a la estaciòn, te esperè la ùltima vez que nos vimos y lloramos nuestra despedida final.

Desde entonces, estoy solo. Sigo solo, como cuando me dejaste. Nunca me casè. No volvì a tener novia.

Aunque estoy solo para los demàs, en casa, o en el barrio, o en cada lugar de este pueblo provinciano, me acompaña tu recuerdo.

Con èl hablo, suspiro, rìo o lloro.

No estoy loco.

Sucede que estoy tan lleno de ti, que no sè lo que es la verdadera soledad.

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