CARTAS DE AMOR II

Se me hace insoportable pensar en las horas que faltan para volver a vernos.
Y eso que mi tiempo transcurre pensando en el hoy y recordando las horas vividas ayer.
Esto es una locura.
Vivir asì.
Pensar asì.
Creo que le pasa a todos los enamorados del mundo!
Cada uno cree que su amor es ùnico. Que sus sentimientos no tienen igual. Que otra persona, otra piel, otros ojos, otra quìmica, no piensa ni siente asì.
Recuerdo una cita bìblica. Si. Vos tambièn la vas a recordar.
En el capitulo 5, versìculo 9, parte b, de la segunda carta del apòstol Pedro,lee:
" sabiendo que las mismas cosas ... van realizàndose en toda la asociaciòn de sus hermanos en el mundo ".
Si.
Otras personas tienen la misma capacidad de amar, de sentir, de enternecerse hasta las làgrimas, de estremecerse de puro amor.
Lo que no tienen todos, es la suerte de conocer a la persona indicada, de reconocerla como la oportunidad de vivir el gran amor de la vida.
¡ Còmo agradezco, no sòlo el haberte conocido, sino haber discernido que el gran amor eras tù ! ¡ Y ser correspondido !
Por eso amor, por el gozo inefable de contemplarte, de escuchar tu voz, de deleitarme con los hoyuelos de tu sonrisa, se me hacen largas las horas del reencuentro.
No importa si hay sol o està nublado. Si el dìa està càlido, o muy frìo. Ni siquiera, si es de mañana o tarde.
El momento, nuestro momento del reencuentro, es de fiesta.
Por eso cada uno cuida y repasa su apariencia.
Que todo sea perfecto.
Que todo sea recordable.
Que todo estè a la altura de este amor verdadero, leal, puro, inocente.
Por eso amor, porque quiero acortar distancias y para que esta carta duerma esta noche entre tus brazos, te la enviarè junto a una flor trèmula, temblorosa, càndida.
Te quiero tanto amor, que no puedo garabatear ni mi nombre.