CARTAS DE AMOR I

Querido amor,

no puedo vivir si tengo que imaginar el resto de mi vida sin ti.
Hemos discutido.
Nos hemos separado enojados.
Yo creo que tengo razòn.
Tù crees que tenès razòn.
¡ Què equivocados estamos !
El amor no entiende de razones.
Es todo sentimiento. Todo emociòn. Todo piel.
Me dì cuenta esta tarde, cuando nos vimos en el recreo. Escuchamos la campana, y solo pudimos mirarnos con el patio de juegos en el medio. Pero la mirada dijo todo.
Sin movernos, como en una gran escena virtual, nos acercamos.
Al acercarnos, cada uno hundiò la mirada, en la mirada del otro.
Cada uno sintiò la agitaciòn del propio corazòn, y la del otro.
Las manos se crisparon quedando al lado de los cuerpos, colgando inertes. Luego, cada cual se fuè, formando fila, por un corredor distinto.
Ahora solo espero el reencuentro, a la salida de clases.
Vivì el desaliento de la pèrdida, la frustraciòn del fracaso y la impactante realidad de tu lejanìa, tan sòlo un momento.
Y no me gustò.
A vos tampoco te gustò.
Nos conocemos de memoria. Nuestra memoria no olvida. Nuestras cèlulas no olvidan. Nuestra esencia no olvida.
Ante el peligro de perderte, sè que no quiero perderte.
Por eso harè lo posible para que este amor sea un triunfo.
Un sì.
Un amèn.
No para este dìa, este mes, este año, o hasta que terminen los estudios.
Un amor para siempre.
Para cada momento, cada dìa, cada hora.
Jòvenes, maduros, envejecidos, con la candidez de siempre en la mirada, con la ternura de siempre en las manos.
Un beso, amor.
Te espero a la salida.

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